lunes, 29 de junio de 2009

Lo asqueroso que se agazapa

Después de siete años, me habia mudado de piso. Como todos los animales, soy algo reacio a los cambios. Cogí los bártulos y crucé la acera al edificio de enfrente. Perdía vistas y ganaba silencio. En todas las mudanza, se pierde algo de piel. También perdí el tocata de la tia Julia, un colchón, algunos libros. Porque hice la mudanza hasta un punto equis, llegado al cual me planté. "Paso. Hasta aqui".

Me acuerdo del tema esta tarde, ya que bajé al locutorio Aly, a hurgar un poco de internés, a pesar de que tengo en casa. Porque hacia mucho tiempo que no socializaba por alli, un lugar en el que habia pasado tiempo, escuchando historias, cuando lo llevaban Pollo, su novia, Javi salteño, Fresita y algún otro temporero del locutorio. Ocurrió que pasado un año, Pollo se montó locutorio propio con su novia, a la que ya se conocía como Pollina. Javi se compró un local por Carabanchel alto, un antiguo videoclús. Y Fresa, un salteño al que Javi habia sacado de repartidor de la fruteria local y que solia aparecer por el local con cajas de fresas, habia huido a su tierra, en palabras de Javi, habiendo estafado a todos los conocidos del negocio y dejando llena a una chica colombiana. Más que nada, por lo que se supo, porque extrañaba a su mujer en Salta.

Así que ahora Aly, el dueño del kebab, habia dejado al frente a otro primo suyo, técnico informático, al que habia traido de Bangla. Cuando entré en el local, enseguida me fijé en el libro de Bolaño, 2046, que muchas veces habia ojeado en librerias, sin atreverme a comprarlo.
-¿Es de alguien?
-¿Qué? -el primo de Aly no se habia interesado en aprender español, tan sólo manejaba los números del uno al siete, para indicar que ordenador habilitaba.
-Que este libro, mio. Yo perderlo hace tiempo atrás.
-Ah, vale. Para ti.

Luego, Aly me indicó que la novela llevaba alli, en el mostrador, unos siete meses. Le dije que era una broma, que me lo llevaba prestado una semana, y se lo devolvia. Se rió y dijo que claro, normal, tu le habias buscado un vendedor de cafeteras de segunda mano que le hizo una buena oferta para el local del kebab. Hasta que la gente, por alguna razón, dejó de pedir café o tomaba más cerveza, y Aly se desprendió de la máquina, sin perder dinero.

En el libro, después de la última página, hay unas anotaciones escritas con buena letra. Es una historia de enamoramiento. Una frase ha llamado poderosamente mi atención:
-(...) Lo que más me gustaria para este año, ahora que ha quedado atrás todo eso de lo asqueroso que se agazapa en nosotros...

(continúa mañana..)